Las sedas

Quedo misteriosamente sepultada, quiérase o no tuvo seguidores y muchos detractores hasta los días de hoy, siglos pasaron desde su alumbramiento; Pope Dimitri y su esposa Ulita la compararon con su hija; Malina de Ergaz contó que solo ella podía recorrer cuarenta millas aguas arriba, las damas de Bizancio le tejieron las mejores ropas con las sedas que daban los antílopes al fornicar y dicen que Teseo la quiso matar antes de entrar al laberinto; Todos íntimamente la veneran, piensan que se sienten seguros en ella, luego la hacen trastabillar y la terminan odiando.
Seguirá todo así hasta que todo termine y no habrá regreso, ya no habrá tiempo, solo se sabrá que la tuvieron al alcance y no supieron hacerse iluminar.

Pena (L7s7)

(Todos tenemos tiempo para un poco de luz, tenemos todo rozandonos tan sensualmente que no sabemos si explotamos hoy o mañana, nos maravillamos por un sueño que nos parece lejano y solo tenemos que hacerlo despertar y darle realidad, guardemos los pecados en el horno y que se quemen y los secretos contarlos al oido suavemente)